Adriano Espaillat, un congresista infatigable
Rafael A. Escotto
Nosotros no pretendemos con este trabajo erigirnos en abogado de defensa del congresista de los Estados Unidos Adriano Espaillat. Queremos dejar constancia que fui y soy amigo de su papá Ulises-Ulisíto- Espaillat, un ser humano con un estilo sencillo y amigable, de raíces fuertemente compactadas y entroncadas socialmente con familias distinguidas de Santiago de los Caballeros.
Cualquier dominicano desaprensivo, por razones políticas, que resida en Estados Unidos podría falsamente encontrar que nuestro respetable, diligente e infatigable congresista dominicano ante el Congreso federal de los Estados Unidos le puedan parecer una persona apática y otro podría considerar que es presumido.
Adriano Espaillat no es ni una ni otra cosa. Lo que él es, es un congresista luchador y una persona ampliamente competente y curtida en las lides congresuales de los Estados Unidos, de cuya fuente tendrán que nutrirse los futuros candidatos de origen dominicano que pretendan competir por el mismo cargo, cuando él decida retirarse. Por el momento Adriano es el mejor y el más diestro portavoz que tiene el Distrito 13 de Nueva York en ese hemiciclo.
El dominicano que con ambiciones quiera rivalizar con Adriano Espaillat, un prodigio dominicano de la política estadounidense, es un iluso, sea quien sea el pretendiente, que no se dé cuenta que las ilusiones pueden verse y sentirse como algo muy auténtico, sin serlo en realidad. Por tanto, no debe uno dejarse engañar por lo que ves alrededor de uno, ni dejarse influenciar por lo que ves. Tenemos que darnos cuenta que vivimos en un mundo el cual es un parque de juegos lleno de ilusiones, lleno de falsos caminos, de falsos valores y de falsas ideas.
Pero, debo decir, sin pretender lucir alabardero ni mucho menos su vocero, es que sus triunfos políticos en la nación más poderosa del mundo civilizado podrían incitar a la envidia en ciertos sectores de nuestra comunidad de Nueva York, que por demás, y debemos decirlo sin rodeos, no se contenta con el éxito de ningún conciudadano de su propia estirpe. Por otro lado, tenemos que saber que hay gente que siempre encuentra las mentiras más emocionantes que la verdad.
Se ha estado pregonando una mentira de que con el proyecto de ley bipartidista H.R. 4133, nuestro representante en la Cámara Baja federal de Estados Unidos, pretende que la frontera dominico-haitiana sea entregada a los Estados Unidos. No hay discurso más absurdo ni más disparatado que ese.
La ley H.R. 4133 es una importante Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe (CBSI) que procura, en esencia, asignar aproximadamente $75,000.000 comenzando en el año 2022 hasta el 2026 para, como señala el mismo proyecto, «mejorar la cooperación en materia de seguridad con las naciones del Caribe y combatir el tráfico ilícito de drogas, apoyar la reforma del sector judicial y fortalecer el estado de derecho, y abordar la ines-tabilidad causada por desastres naturales.»
Leyendo unas declaraciones del propio congresista Espaillat, con la cual el legislador estadounidense (NY-13) aclara a la opinión pública, que «Este proyecto de ley es vital para combatir el narcotráfico, promover la buena gobernanza y los sectores de justicia independientes, y—como bien él enfatiza—empoderar a la sociedad civil en el Caribe.»
Como sabemos, el tráfico de estupefacientes es uno, sino el principal, de los daños que están teniendo nuestras sociedades hoy día y la sociedad norteamericana no escapa a este flagelo, por lo que esta pieza legislativa propuesta por Adriano Espaillat, sería una contribución importantísima con la cual se trataría de reforzar aquellas decisiones que necesitan de apoyo económico para impulsar estrategias que sean más efectivas contra el narcotráfico.
Para contrarrestar la desgracia que causa el narcotráfico, la propuesta de nuestro representante Espaillat, exige que hay que vigorizar la alianza de Estados Unidos en su afán de llevarle seguridad al Caribe, puesto a que, como bien ha quedado expresado de forma enfática en la ley H.R. 4133, la seguridad que se pretende en el Caribe es muldimensional en razón a que este proyecto busca fortalecer la estabilidad y el desarrollo en la región.
Hay personas ciudadanos de Estados Unidos y sus voceros en República Dominicana que persiguen desacreditar este conveniente proyecto de ley, quizá no por el proyecto en sí, sino por interés de carácter político electoral con miras a las elecciones de noviembre 5, 2024 y creen que agregándole propósitos falsos a la idea original de la propuesta ley podrían deteriorar la imagen garantizadora y muy bien ganada que tiene Espaillat en el distrito 13 de Nueva York.
Lo multidimensional que aparece en esta ley bipartidista le permite a las naciones aliadas realizar acciones y establecer contacto fuerte una con otra para crear juntos una resistencia para aumentar la seguridad de la ciudadanía, seguridad que es notoria su fragilidad, sobre todo, en nuestras fronteras.
En vez de oponerse a este importante proyecto legislativo de Adriano Espaillat, lo que debe hacerse es apoyar con pasión esta Iniciativa. El hecho de que Espaillat haya logrado obtener $80 millones del presupuesto federal del año fiscal 2022 para la Seguridad de la Cuenca del Caribe, este hecho mejoraría grandemente la eficacia y el enfoque de la CBSI para enfrentar las preocupaciones y las quejas constantes en la región.
Aquel o aquellos que pretenden buscarle los tres pies al gato a ley bipartidista H.R. 4133, como aparece en la obra de Cervantes, ¨El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha¨ lo que intentan es buscarle un periquito donde no hay, para tratar de manipular la opinión pública y tratar de darle un pellizco político a Adriano Espaillat.
En conclusión, tengo en mi poder una copia de la susodicha ley, y, debo decir sinceramente, que después de haberla leído de cabo a rabo, como abogado con más de cincuenta años de ejercicio y como intelectual del derecho, que la misma no contiene otra intención que no sea lo expresado en su fundamento.
Como ciudadano estadounidense con derecho al voto en distrito (NY-13), como miembro del Partido Demócrata de los Estados Unidos, con más de sesenta años consecutivos de vivir en aquel país, manifiesto que no tengo otra intención con este trabajo que no sea felicitar a Adriano Espaillat por su valentía, por su coherencia ideológica y, sobre todo, por su conocidos afanes como latinoamericanista y caribeño de origen, al proponer esa importante pieza legislativa que tanto sosiego llevará a la seguridad de la Cuenca del Caribe.