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Artistas presionan para proteger derechos ante la IA, pero la industria tecnológica no se apura

Cantantes de country, autores de novelas románticas, artistas de videojuegos y actores de doblaje apelan al gobierno de Estados Unidos para que los libere —lo más pronto posible— de la amenaza que la inteligencia artificial representa para sus medios de vida.

“Por favor, regulen la IA. Tengo miedo”, escribió un podcaster preocupado porque la IA replique su voz en una de las miles de cartas enviadas recientemente a la Oficina del Derecho de Autor de Estados Unidos.

Las empresas de tecnología, por el contrario, están satisfechas en gran medida con el statu quo que les ha permitido engullir trabajos publicados para mejorar sus sistemas de inteligencia artificial para imitar lo que hacen los humanos.

La principal funcionaria de derechos de autor del país aún no ha tomado partido. Dijo a The Associated Press que está escuchando a todos mientras su oficina evalúa si se necesitan reformas a los derechos de autor para una nueva era de herramientas de inteligencia artificial generativa que pueden producir imágenes, música, videos y textos convincentes.

“Hemos recibido cerca de 10.000 comentarios”, dijo en una entrevista Shira Perlmutter, directora de la Oficina del Derecho de Autor. “Cada uno de ellos está siendo leído por un ser humano, no por una computadora. Y yo misma estoy leyendo la mayoría de ellos”.

¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO?

Perlmutter dirige la Oficina de Derechos de Autor, la cual registró más de 480.000 derechos de autor el año pasado que cubren millones de obras individuales, pero a la que cada vez se le pide más que registre obras generadas por IA. Hasta ahora, las solicitudes de derechos de autor para contenidos producidos totalmente por modelos generativos han sido rechazadas rotundamente porque las leyes de derechos de autor están diseñadas para proteger obras de autoría humana.

Pero, se pregunta Perlmutter, si humanos introducen contenido en los sistemas de inteligencia artificial y les dan instrucciones para influir en lo que producen, “¿hay un punto en el que hay suficiente participación humana en el control de los elementos expresivos de la generación como para que se pueda considerar que el humano contribuyó con la autoría?”

Esa es una pregunta que la Oficina de Derechos de Autor ha hecho al público. Una pregunta más importante —la que ha generado miles de comentarios de profesiones creativas— es qué hacer con las obras humanas protegidas por derechos de autor que se extraen de internet y otras fuentes para entrenar a los sistemas de inteligencia artificial, a menudo sin permiso ni compensación.

Más de 9.700 comentarios fueron enviados a la Oficina de Derechos de Autor —que es parte de la Biblioteca del Congreso— antes de que cerrara un período inicial de comentarios a finales de octubre. Se espera otra ronda de comentarios para el 6 de diciembre. Después de eso, la oficina de Perlmutter trabajará para asesorar al Congreso y a otros sobre si se necesitan reformas.

¿QUÉ DICEN LOS ARTISTAS?

Al dirigirse a las “Damas y caballeros de la Oficina de Derechos de Autor”, Justine Bateman, cineasta y actriz de “Family Ties”, dijo que le preocupaba que los modelos de IA estuvieran “ingeriendo 100 años de cine” y televisión de una manera que podría destruir la estructura del negocio cinematográfico y reemplazar a gran parte de su mano de obra.

“A muchos de nosotros nos parece que es la mayor violación de derechos de autor en la historia de Estados Unidos”, escribió Bateman. “Espero sinceramente que puedan detener esta práctica de robo”.

La productora de televisión Lilla Zuckerman (“Poker Face”), al expresar algunas de las mismas preocupaciones sobre la IA que alimentaron las huelgas de Hollywood de este año, dijo que su industria debería declarar la guerra a lo que “no es más que una máquina de plagio” antes de que Hollywood sea “cooptado por empresas codiciosas y cobardes que quieren eliminar el talento humano del entretenimiento”.

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