Turismo

Bahía de Luperón: derrames contaminantes ponen en jaque el turismo náutico

Distintos sectores han demandado durante décadas acciones del Estado dominicano para poner fin a la contaminación generada por los constantes derrames de aceite y combustible en la bahía de Luperón, en la provincia Puerto Plata. Esta situación impacta negativamente al medioambiente y al turismo náutico.

Se atribuye este vertido a las embarcaciones pesqueras comerciales que anclan en la costa y al abastecimiento de combustible para barcos en el océano, lo que genera daños significativos al medioambiente y a las especies marinas.

La contaminación es evidente en las manchas que se mueven con las olas del Océano Atlántico, observadas por veleristas nacionales y extranjeros que realizan excursiones. También es perceptible en el olor a carburante que se percibe en el entorno de la bahía.

A esto se suma la presencia de embarcaciones hundidas que ocupan espacio sin ninguna utilidad y generan un impacto visual negativo en la bahía de Luperón, uno de los lugares más atractivos del Caribe para el turismo náutico, siendo esta actividad una de las principales fuentes de ingresos de los residentes de esta localidad.

El área es reconocida internacionalmente por ser un refugio para embarcaciones durante el paso de tormentas o huracanes, gracias a la protección que le ofrece la Cordillera Central y el manglar que posee.

De acuerdo con lo informado a Diario Libre, muchos turistas han optado por visitar otros destinos debido a esta problemática.

Los estudios realizados sobre los daños ambientales por los derrames de aceite y combustible indican que «han sido provocados de manera intencional», según Pedro Hernández, administrador del Refugio de Vida Silvestre Bahía de Luperón, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Hernández asegura que Medio Ambiente y la Armada de la República Dominicana realizan patrullajes permanentes para evitar el vertido de esos químicos. Sin embargo, explica que es muy difícil determinar quiénes son los responsables, debido a la gran cantidad de botes que convergen en el lugar.

No obstante, advierte que la ley contempla «sanciones severas» contra los responsables de estos eventos.

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