De «La casa de la juerga» a «Corroboro, corroboro»

Los legisladores, en todos los tiempos y lugares, parecen ser los mismos. Así se pone de manifiesto, entre otras composiciones literarias, en la escena primera del cuadro segundo del sainete “La casa de la juerga” (1906), del destacado dramaturgo español, de origen andaluz, Pedro Muñoz Seca (1879/1936), quien fuera llamado el Lope de Vega o «Fénix de los Ingenios» del siglo XX.
El autor pone en boca de Antoñito, personaje central, el siguiente parlamento, el cual, con inocultable ironía, entraña una contundente crítica a la incompetencia o carencia de luces académicas mostradas por sus compatriotas diputados de la época en que vivió.
¿No es ese diputado peninsular igual al que nos describe Juan Antonio Alix (Moca, 1833- Santiago, 1918) en sus famosas décimas «Corroboro, corroboro» (1884), e igual a la mayoría de los diputados y senadores que hoy, en la República Dominicana, van y se sientan todas las semanas en el Congreso Nacional?
LA CASA DE JUERGA (1906)
«Tengo un borrico canelo,
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro
y ojos de gobernaó.
Rebusna como si fuera,
diputao ministerial,
y se come hasta el pesebre,
como cualquier consejal.
Yo quisiera que a mi burro,
lo sacaran diputao,
porque otros siendo más burros,
a ese puesto ya han llegao.
Pero temo que de serlo,
vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá tantos,
no lo voy a conocer»