El Cepillo de Paliza

José Saldaña y Osiris Espinosa
Un amigo me contó, que un muñequito de biscocho, comenzó su obra maestra aspirando a construir el más grande biscocho que había construido su familia. El, ya era parte del pastel, pero su ambición, su aparente inteligencia y su sorprendente temprana facilidad de expresión, le hicieron soñar con ser el más grande maestro de la producción de biscochos de su provincia.
Consiguió un puesto en la cámara baja de un edificio que producía biscochos de toda clase, pero no todos eran reposteros, eran una mezcla del todo, por y para todos. Sin lugar a dudas, sus primeros trabajos sorprendieron a todos, dentro y fuera de aquel augusto escenario, donde se preparaban los mejores biscochos del país. Se granjeo importantes relaciones personales, lució con todo su esplendor sus mejores recetas patrióticas, incluso algunos que lo adversaron en los diseños de sus biscochos le reconocieron, ofreciéndole su amistad, deferencia y cariño. Aquel pequeño soñador tenia talento para producir y crear buenos biscochos, era irrefutable su prístino ejemplo ante todos.
Resulta y viene al caso, que aquel pequeño muñequito de biscocho ya había alcanzado alguna fama y que en su pueblo natal ya era reconocido. Era una figura, sus más cercanos colaboradores, así como sus contertulios y compueblanos le animaban constantemente para que pasara a otro escalón en su afán de construir buenos biscochos.
El, que bien sabía, no poseía los medios para tal hazaña, un día se atrevió a soñar, y decidió lanzarse al ruedo para conquistar sus anhelados sueños. Luego de fáciles batallas y vientos a su favor, finalmente logro su objetivo. Se convirtió en uno de los más elocuentes y conspicuos adversarios en aquel respetable y regio teatro de representación popular.
Allí aquel muñequito de biscocho, argumentó, defendió y propuso’, todo cuanto creyó ’era necesario según la agenda programática que el entendía, lo conduciría al palacio nacional desde donde él podría producir sus mejores deliciosos menúes. Pero, oh, jugadas del destino, era una importante ficha en todo andamiaje de la producción de biscochos de su partido y cuidado si no el más destacado y creador de todo el estratégico plan de creación de biscochos de lo que ellos creían era la mejor receta para la producción de finas pastelerías.
El libro de Eclesiastés bien enseña a los llamados cristianos el poder de tiempo.
El cepillo de paliza desde cualquier tribuna es un desconocimiento e ingratitud a las reglas y código del tiempo.
El cepillo de Paliza solo está en la mente de Paliza.