El maestro Rafael Solano o la nueva víctima de la lengua letal Alvarito

Alvarito Arvelo, un conocido antivalor y siniestro personaje de muy cloacal reputación y sin gloria alguna, se ha convertido en especialista en enlodar o destruir la imagen de nuestras verdaderas glorias nacionales, entre estas, Juan Pablo Duarte y Juan Luis Guerra. Sus víctimas deben cumplir tres requisitos: ser personas famosas, haber realizado extraordinarios aportes en bien de nuestra sociedad y contar con el cariño y respeto del pueblo dominicano.
En octubre del 2017, por ejemplo, “le cogió “con profanar la imagen, memoria histórica y el honor del padre de la patria y fundador de la República, al llamarlo “cobarde”, “vacilante”, “depresivo”, “irresponsable” y “homosexual”. ¡INCREÍBLE! Llamarle “cobarde” e “irresponsable” al hombre que apeló a los más diversos recursos para lograr la libertad o independencia de la nación dominicana. Por semejante inconducta, fue suspendido de hablar por radio y televisión durante veinte días.
Para la ocasión, escribí en un artículo publicado en este mismo diario lo siguiente:
«El periodista Álvaro Arvelo (Alvarito) es uno de los comunicadores que más daños o distorsión ha causado en el pensamiento social y lingüístico de la República Dominicana, tanto que en mi condición de educador y lingüista siempre he recomendado a los padres que no permitan que sus niños e hijos adolescentes escuchen el programa radial de comentarios en el que dicho comentarista participa todas las mañanas, pues podrían copiar su muy cloacal conducta expresiva e incorporar a su léxico los exabruptos, “malas palabras” o inmundicias verbales a que nos tiene acostumbrado el anciano , narcisista y presumido comunicador. Yo escasamente lo escucho, pues cuando sintonizo un programa de radio y/o televisión lo hago con el propósito de que me orienten, no que me desorienten »
Y concluí el referido artículo afirmando que:
«En los países con un alto nivel de analfabetismo como el nuestro, es común, sin embargo, la práctica de endiosar a todo aquel que, como Alvarito, hace gala de ser una especie de “Salomón resucitado”, contribuyendo ese endiosamiento a encumbrar aún más su ego, potenciar sus inconductas y creerse que ciertamente es un verdadero Dios a quien todos deben temer, adorar e idolatrar»
Esta vez, la nueva y última víctima es otro de nuestros grandes valores nacionales, el afamado músico y compositor Rafael Solano, en contra de quien, en una sucia y sistemática campaña, Alvarito ha dicho que plagió la canción «Por amor», vale decir, que esta universal pieza musical no fue el maestro Solano quien la compuso, sino otro brillante compositor dominicano: el doctor Manuel Troncoso.
Contrario a Juan Luis Guerra, que ha preferido ignorar los ladridos de este dañino y perverso anciano, el maestro Solano decidió demandarlo por difamación e injuria y violar la Ley sobre delitos de alta tecnología. En tal virtud, solicita una indemnización de cien millones de pesos.
Saludo esa demanda, pues entiendo que ya es hora de que este señor, endiosado y no menos temido por muchas mentes carentes de ilustración, se les frenen de una vez y para siempre sus letales excesos verbales.