Por: Rafael A. Escotto
Durante unas vistas publicas en la Cámara de Diputados el país y el mundo tuvo el desprecio de presenciar y de escuchar sonrojado y casi aterrado en los medios de comunicación nacionales e internacionales, el pronunciamiento cargado de adjetivos insultantes,muchos de ellos ofensivos, irrespetuosos y ultrajante contra la persona del honorable presidente de la República, Luis Abinader Corona. Tenemos que comprender que según Mateo, uno de los discípulos de Jesús, hasta los que custodiaban a Jesús se burlaban de él y llegaron a insultarlo y golpearlo.
Ella pudo muy bien utilizar el escenario para elevar su voz en contra de las políticas fiscales propuesta por el presidente Abinader, pero jamás, jamás haber recurrido, como lo hizo, a la injuria publica contra un jefe de estado, llamándole de forma desaforada y frenética: ¨asesino, asesino.¨
Esta señora lucia en su rostro algo asícomo si sus emociones se hubiesen descontrolado a una dimensión que parecía un volcán en erupción lanzando vilezas. En la historia de Job, por ejemplo, se muestra cómo Satanás acusa a Job ante Dios, cuestionando su integridad. Asimismo, en los relatos de las tentaciones de Jesús en el desierto, se evidencia la estrategia del diablo para llevar a la humanidad a caer en la desobediencia. Algo parecido sucedió aquel día de las vistas públicas objeto de este comentario.
El mundo que vio con ojos de espanto en su aparato de televisión a esta señora desembuchando improperios, amenazas y mendacidades,debió hacer la señal de la cruz, no para poner sus ojos en el sacrificado, como dijo Santa Teresa de Jesús;pensamos que esta señora alimentaba la hoguera social echándole leña al fuego de la discordia. Este era, al parecer, su objetivo fundamental. Y, claro, desacreditar al jefe de estado para prepararle el terreno político electoral a alguien de la oposición.
No podemos asociar su nombre con el de aquella Inmaculada, libre de pecado, que aparece en la carta apostólica Ineffabilis Deus del papa Pio IX, en la que declara el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. La Inmaculada Concepción abjuraría contra nosotros negándonos el favor espiritual.
Luego de haber escuchado aquella mujer vomitando fuego contra el presidente Abinader, me pregunto, en medio de mis dudas, de si fue ella misma y solamente ella la que se ofreció voluntariamente para aquella teatralidado, si por el contrario, fue escogida por alguna mentepolítica toxica para que descargara insolenciasa los pies del presidente y prepararle el terreno político electoral a alguien de la oposición.
La nobleza del presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, se puso a prueba en cada pensamiento y en cada una de sus acciones. Y, en el caso de los insultos, su demostradapaciencia y aguante,aun siendo amarga, tiene su fruto dulce, como expresara Jean-Jacques Rousseau en uno de sus pensamientos más sublimes.
