Opinión

¿En qué consiste el “Nuevo Orden Global”? (2/2)

Aquiles Olivo Morel

En la medida en que decisiones como la subida del 25% al acero y aluminio que entra a los Estados Unidos; la decisión de replantear las condiciones comerciales con México y Canadá, obviando acuerdos previos que pautan el cómo deben producir nuevos arreglos en el comercio; así mismo se crean las rutas para la construcción de los cimientos de un nuevo mundo que alumbra con matices ajenos al viejo cánon de la solidaridad y la amistad entre los pueblos.

Revisar sistemáticamente la ba­lanza comercial entre los países que históricamente dispusieron de algún tipo de acuerdo comercial, inquie­tando la maquinaria productiva y los vínculos en el comercio, impulsa la creencia de como aparecen estas señales inequívocas de la marcha indetenible a ese nuevo orden, en el cual las pretensiones y los celos minan los entendimientos. Sucede, ahora; el primero en adelantarse como un gigante lo es los Estados Unidos, quienes olfatean las ventajas significativas de ocupar el mayor mercado, con mayor capacidad de consumo y la débil posición estratégica global que ocupa, a consecuencia del surgimiento de nuevos bloques económicos.

En todas las regiones: La geopolítica y los aspectos del co­mercio, donde existen elementos culturales, políticos y económicos comunes los países se articulan en procura de armar un bloque económico para desarrollar mercados favorables a sus economías. Estas tentativas, incluso, van más allá de los temas meramente relacionado con el comercio entre sí, abarcan otras ambiciones de tipo ideológica en la cual abandonan y sacrifican ataduras locales para dar paso al multilateralismo.

Para ejemplificar esta realidad podría colocar el grupo de países de los BRICS, estos marchan a través de una ruta crítica y una agenda abarcadora, algunos piensan que todos estos países se adhieren al bloque por la visión de futuro y la intención de sus viejos socios tradicionales de proteger sus economías al margen de las viejas alianzas comerciales, mucho más participativas y colaborativas.

El <<“Nuevo Orden Global”>> impacta, por supuesto, los tradicionales conceptos de alejamiento de la cultura bélica, con la cual cerró, podría especificar tajantemente el Siglo XX. Al margen de los intríngulis económicos, concomitantemente con esas agentas también se produce una inflexión en los temas del militarismo, impulsando aceleradamente cambios en las partidas presupuestaria asignadas a los temas del armamentista y la seguridad nacional.

Recientemente, el presidente Donald Trump, instó a los países de Europa a destinar mayor partida en los presupuestos (5%) para la industria de defensa. Igual hizo Japón; otros países, también aprobaron en sus respectivos parlamentos nuevas asignaciones a la capacidad defensiva. Se trata, en consecuencia, de nuevas convicciones sobre cómo podría presentarse el futuro para cada uno y como sobreponerse a esas posibles sorpresas. La perspectiva del <<“Nuevo Orden Global”>>  a corto plazo se percibe como una Guerra Comercial, donde se van reacomodando las relaciones entre los vecinos; a largo plazo, como un desafío en lo relacionado con los fracasos y los éxitos de este intento de integración basado en las armas de los aranceles y el escaso desarrollo económico, por así decirlo, de quienes no puedan adaptarse a una competencia y proteccionismo que va a requerir una dosis de lealtad muy elevada para evitar el acelerado crecimiento de la pobreza.

El libre comercio facilitó a la cultura humana en el breve tiempo en que fue puesto en vigencia, a través de los bloques comerciales una cultura de cooperación donde prevaleció un alto grado de humanismo y solidaridad; dio paso a un recono­cimiento de las culturas productivas; las técnicas y la revisión de la calidad de los productos, aportó nuevos elementos claves para el intercambio comercial; en definitiva, acicateó la expresión del compartir y los intercambios entre los países.

Hay temores bien fundados ante la inminencia de esa nueva realidad; millones de personas en todo el mundo, a través de la migración empiezan a sentir los efectos de las consecuencias inmediatas de la entrada paulatina del <<Nuevo Orden Global>>; la diplomacia empieza a dar giro para arbitrar las relaciones entre los países y la misma esencia de la cultura o civilización occidental entra en el umbral de una realidad muy difusa para mantener de pie las instituciones.

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