Esperado con la consigna “Panamá no está en venta”, Marco Rubio le exige “reducir influencia china” en canal

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha exigido que Panamá realice “cambios inmediatos” a lo que él llama la “influencia y control” de China sobre el Canal de Panamá.
El principal diplomático estadounidense dijo que Panamá debe actuar o Estados Unidos tomará las medidas necesarias para proteger sus derechos bajo un tratado entre los dos países.
La advertencia sigue a la promesa del presidente Donald Trump de recuperar el canal y a una reunión entre Rubio y José Raúl Mulino, el presidente conservador de Panamá, en la Ciudad de Panamá el domingo.
Los dos hombres parecieron salir de su reunión de dos horas con diferentes interpretaciones.
Mulino dijo a los periodistas que no veía una amenaza seria de que la fuerza militar estadounidense tomara el canal y afirmó que había propuesto conversaciones a nivel técnico con Estados Unidos para abordar las preocupaciones de Trump sobre la influencia china.
Sin embargo, la promesa de Trump de retomar el control del canal ha provocado una reacción negativa en Panamá. El viernes, manifestantes en la ciudad de Panamá quemaron efigies de Trump y Rubio.
La policía antidisturbios atacó a otra multitud de manifestantes, disparó gases lacrimógenos y forcejeó para apartar a la gente. Los enfrentamientos fueron de pequeña escala, pero la resistencia a la postura del presidente estadounidense se siente ampliamente.
El jueves, Mulino dijo que el tema de la propiedad del canal no sería discutido con Rubio.
“No puedo negociar ni siquiera abrir un proceso de negociación sobre el canal. Está cerrado, el canal es de Panamá”, afirmó.
Los comentarios de Trump sobre el canal incluyeron una afirmación infundada de que soldados chinos lo están operando. También dijo que a los barcos estadounidenses se les cobraba injustamente más que a otros, a pesar de que tal práctica sería ilegal según los acuerdos del tratado.
De hecho, la vía acuática es propiedad del gobierno panameño y está bajo su gestión, en virtud de un tratado de neutralidad firmado con Estados Unidos hace décadas. Sin embargo, las empresas chinas han realizado grandes inversiones en puertos y terminales cerca del canal. Una empresa con sede en Hong Kong gestiona dos de los cinco puertos cercanos a sus entradas.
Pero la postura enérgica del presidente Trump -que incluso se niega a descartar una acción militar para tomar el canal- ha despertado una reacción fuertemente patriótica en la pequeña nación estratégica.