Estados republicanos demandan a Biden para bloquear plan de regularización de inmigrantes
Los Ángeles, (EFE).- Una coalición de 16 estados republicanos demandó este viernes al Gobierno del presidente Joe Biden para detener el nuevo plan de regularización que se prevé beneficiará a cerca de medio millón de indocumentados, cónyuges o hijastros de ciudadanos estadounidenses.
El fiscal de Texas, el republicano Ken Paxton, dijo hoy en un comunicado que han solicitado a una corte federal que detenga la implementación de la norma argumentando que viola la Constitución, la Ley de Procedimiento Administrativo y las leyes de inmigración.
El programa Keeping Families Together (Mantener unidas a las familias) que abrió sus inscripciones el lunes pasado, se apoya en el llamado “parole in place”, que otorga un permiso temporal para permanecer en EE.UU., ofreciendo protección frente a la deportación.
El plan de regularización también otorga a los indocumentados la posibilidad de obtener un permiso de trabajo.
Pero lo más importante es que permite a los beneficiados realizar el proceso para obtener una residencia permanente en EE.UU. por estar casado o ser hijastro de un ciudadano estadounidense sin tener que salir del país.
El programa exige que el solicitante debe haber vivido en el país un mínimo de 10 años y estar casado antes del 17 de junio pasado.
La Administración Biden estimó que aproximadamente 500.000 cónyuges de ciudadanos estadounidenses y unos 50.000 hijastros serán elegibles para el programa.
Desde que fue anunciado en junio pasado, los sectores ultraconservadores habían amenazado con retarlo en las cortes y han acusado a la Administración demócrata de utilizarlo como parte de la campaña para retener la Presidencia.
La organización America First Legal, dirigida por Stephen Miller, el ideólogo de la política migratoria durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021), se unió a los conservadores en la demanda, que nombra específicamente al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés), su secretario, Alejandro Mayorkas, y a otros funcionarios de la Casa Blanca.