Expertos ven China «sabrá defenderse» ante el regreso de Donald Trump a la presidencia en EEUU
Pekín «sabrá defenderse» ante el regreso de Donald Trump, que tras su victoria en las elecciones de EE.UU. podría apostar por ser «más duro con China» y por recrudecer la guerra comercial que él mismo inició en su primer mandato como presidente, según expertos consultados por EFE.
En 2018, tras llegar al poder, Trump impuso varias tandas de aranceles a productos chinos por valor de unos 370,000 millones de dólares anuales, unas tres cuartas partes de las exportaciones del gigante asiático, a lo que Pekín respondió con represalias contra las exportaciones estadounidenses.
Durante esta campaña, el republicano dijo que gravará hasta el 60 % los bienes chinos, lo que «podría hacer aumentar la inflación en EE. UU., reducir su crecimiento y desestabilizar aún más los mercados globales», de acuerdo con los analistas.
«Trump intentará intimidar y amedrentar pero no tiene en su mano las cartas que atesoraba en su primer mandato (2017-2021). El déficit comercial bilateral ha aumentado dramáticamente. Estados Unidos no produce los bienes que consume, no tiene cartas ganadoras», comenta a EFE el analista Einar Tangen, del Instituto Taihe, un ‘think tank’ fundado en 2013 en Pekín.
Para el académico Liu Dongshu, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de la Ciudad de Hong Kong, la guerra comercial, que Joe Biden mantuvo y amplificó con aranceles adicionales a productos estratégicos, fue un fallido intento de ‘desacople’ que era «un imposible» porque ambas economías están estrechamente entrelazadas.
«Pero un segundo gobierno de Trump será difícil para China en el corto plazo. Podría ser más duro. Y aunque Pekín ya lo conozca, es muy impredecible. Además, será una administración muy diferente a la primera. Tendrá más poder y podría ser más extremo, menos convencional», indica a EFE.
Xi y Trump: cinco encuentros entre 2017 y 2021
Las relaciones entre los dos países se deterioraron durante la primera presidencia de Trump, con colisiones en los planos comercial, diplomático y tecnológico. Ya con Biden en la Casa Blanca, la tensión se reavivó con rifirrafes a cuenta de Taiwán o por las restricciones a las exportaciones a China de semiconductores y otras tecnologías clave.