La alianza opositora. ¿Quiénes son?

Por: Rafael A. Escotto
Recuerdo haber leído un trabajo de una serie de artículos escritos por Clifford M. Yeary, director asociado de Estudio Bíblico de Little Rock, Arkansas, Estados Unidos. Así fue que profundizando en mi búsqueda de una respuesta para este trabajo me encontré que «Jesús era una figura controversial. Atraía a seguidores ardientes, pero también había muchos que estaban en contra suya. Sus opositores a menudo se identificaban simplemente por su alianza con cierto grupo».
Esta «asociación de grupo» y el anunció de la formación en el país de una alianza opositora para las elecciones de 2024, integrada por los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), el de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP), de alguna manera, guardando la distancia, me condujo, metafóricamente, a aquella alianza contra Jesús.
Cuando entro de lleno al trabajo del escritor estadounidense Clifford M. Yeary para intentar identificar el grupo opositor a Jesús me encontré con unos fariseos acérrimos opositores de Jesús y de sus seguidores, siendo estos los principales culpables de su crucifixión. Incluso, descubrí que entre sus propios seguidores hubo conspiradores que se confabularon para denunciar a Jesús como una seria amenaza a Roma.
Naturalmente, no es ni nuestra intención ni el objetivo de este artículo de establecer comparación entre la alianza opositora de los que políticamente conspiraron contra Jesús en aquel tiempo, sino analizar ambas acciones desde lo que podría calificarse como una conjura política opositora similar a la que respondió el pérfido Judas Iscariote contra Jesús.
Obviamente, Jesús fue víctima del egoísmo y de las ambiciones que persisten hoy día y que tienden a perpetuarse, porque en aquella época, igual que ahora, fueron muy pocos los que reflexionaron acerca de su apostolado, tan sensible a interpretaciones confusas y hasta interesadas.
Es posible, en el caso de la alianza opositora objeto de este trabajo, que ella haya sido apresurada como resultado de que los confabulados de este acuerdo macondiano (Macondo significa literalmente en la milenaria lengua centroafricana «alimento del diablo»), que ningunos de los partidos políticos envueltos en esta trama no tengan la fuerza suficiente ni gozan de la credibilidad necesaria entre el pueblo dominicano para ir solos a una contienda electoral y, ciertamente, pensaron que agrupándose podrían hallar esa fuerza que le falta.
Lo que los líderes de la alianza opositora no alcanzan a comprender, como parece que no comprendieron los fariseos que complotaron contra Jesús, es que la fuerza que tienen los humanos no es nuestra y que el poder de Jesús se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12-9).
A la hora de escribir este artículo, estamos viendo llover en Santiago de los Caballeros con la llegada de Franklin, como si fuera aquel monólogo de Isabel viendo llover en Macondo del colombiano, Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, cuya tormenta la oposición pretende negar su existencia; hubo algo en la foto de la publicación de la alianza opositora que me conmocionó negativamente.
Nos preguntamos, frente a este choque emocional que recibimos, cómo es posible que el líder del PRD se haya presentado solo, acompañado de subalternos de los otros partidos firmantes, a dar la noticia de un acuerdo político que se supone que sea tripartito. No queremos pensar que hay en esta actitud algún reflejo tardío de trastorno de la personalidad. O será, en otras palabras, que el delirio de grandeza del líder de la Fuerza del Pueblo y falso «mesías» es aceptado por sus aliados como una virtud y no como un trastorno del contenido del pensamiento. Jesús les contestó a sus discípulos:—«¡Tengan cuidado! No permitan que nadie los engañe. Porque muchos vendrán contra mí al decir: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos (Mateo 24:4-28).
Para entender el verdadero significado del delirio de grandeza tenemos necesariamente que recurrir a una frase del escritor, artista y poeta libanés Gibran Kahlil que nos advierte: «Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños».
Confesamos que no me sorprendió que el líder el PLD y hombre de mucha inteligencia política no haya estado en la foto signando con su presencia esta alianza. En el caso que no asistiera el líder de la FP ni el del PLD tampoco debió haberlo hecho el del PRD, por entender que los tres están a un mismo nivel político, entonces debieron delegar esta función en los secretarios generales o de organización de los tres partidos firmantes.
Esta falta de presencia del líder de la FP me da otra lectura. Es posible que este no quiso «quemarse o contaminar su figura» más de lo que podría estar, al aparecer en una foto junto al líder del PLD, Danilo Medina, o tal vez pudo haber sido para ocultar frente al pueblo aquella deslealtad contra su viejo partido, el de la Liberación Dominicana, que lo llevó varias veces (12 años) a ocupar la presencia del país y, al final, hizo como Pedro: lo negó.
De todo esto sacamos una conclusión: (1) que la alianza opositora mostró su debilidad electoral y, (2), la susodicha alianza no tuvo el impacto que pretendía causar en el seno de la sociedad votante. Pero, de todas maneras, esta clase de líderes actúan sobre la creencia de que el pueblo dominicano tiende a olvidar a sus opresores más connotados (Una parte del pueblo desearía ver a Trujillo resucitado), sin tomar en cuenta aquella frase que se le achaca a Marco Tulio Cicerón: «Quien olvida su historia está condenado a repetirla».
Decimos esto por lo que expresó el poderoso predicador y autor del libro «Un obispo para todos», Phillips Brooks: «La grandeza de una persona se puede manifestar en los grandes momentos, (frente a una explosión en una ciudad o pueblo, una pandemia o una tormenta inesperada), watos hechos hace que el hombre se forme en los instantes cotidianos».
Pensamos, concluyendo, que el líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y presidente del país, frente a tantas intervenciones, urgencias y crisis sociales fortuitas a que se ha visto sometido su gobernanza, es un hombre y un mandatario que ha logrado formarse por las sorpresas que traen los instantes cotidianos y entendiendo, ante todo, en lo que dijo Víctor Hugo acerca de la responsabilidad y la necesidad de actuar que «El deber es un dios que no consiente ateos».