La epidemia imbatible

No es desde ahora que el país figura primero en el ranking mundial de más muertes por accidentes de tránsito.
También lo es, concomitantemente, en el número de lesionados e incapacitados por estas causas.
En el último reporte mundial, se contabilizan 65 muertes por cada 100 mil habitantes.
Los países que están por debajo de nosotros computan de 41 muertes hacia abajo.
En el 2021, de los 4,391 decesos por accidentes o episodios violentos, 1,874 fueron por causas viales, con un aumento del 8.1 por ciento en relación con el año anterior.
Esto quiere decir que, en los dos años críticos de la pandemia del Covid, los decesos por accidentes fueron tan relevantes numéricamente como los de las víctimas del coronavirus.
La epidemia de los accidentes viales ha sido, pues, más difícil de batir que la del mismo Covid.

EDITORIAL
Esto significa que el país está ante el ineludible reto de invertir todos los recursos, económicos y de índole educativa, para dar una batalla decisiva al fenómeno.
No solo por el luto que representa la pérdida de vidas humanas, sino por los elevados costos económicos y materiales, sociales y sanitarios, que se derivan de ellos.
Las principales causas y los lugares donde más se producen han sido establecidas desde hace tiempo.
Figuran, entre ellas, el exceso de velocidad, imprudencias y negligencias en la conducción, consumo de alcohol y otras drogas, irrespeto a las leyes y fallas mecánicas de los vehículos.
Es en las carreteras y las autopistas donde más episodios se registran.
Conociendo el diagnóstico, no hay más tiempo que perder en declarar la lucha sistemática contra los accidentes de tránsito, para no seguir cargando con la vergüenza de ser los primeros en el mundo abatidos por esta calamidad.