La infidelidad ya no es un delito en Nueva York tras más de un siglo

“Estas cuestiones deben ser resueltas entre las personas involucradas, no a través del sistema de justicia penal”, expresó Hochul al oficializar la decisión. Su derogación refleja un cambio cultural y legal en la percepción de temas relacionados con la vida personal, marcando un paso hacia la modernización del marco legislativo del estado.
Más de un siglo de historia: los antecedentes de la ley
La ley contra el adulterio en Nueva York fue introducida con el propósito de reforzar los valores matrimoniales y dificultar el proceso de divorcio, en una época donde probar la infidelidad era esencial para obtener una separación legal. Según el texto original, el adulterio se definía como “mantener relaciones sexuales con otra persona mientras uno o ambos están casados”.
El impacto inicial de esta normativa no tardó en manifestarse: solo unas semanas después de entrar en vigor, un hombre casado y una mujer de 25 años fueron arrestados bajo esta ley, según documentó un artículo de The New York Times. Sin embargo, con el tiempo, la norma perdió relevancia y fue objeto de críticas por su dificultad para ser aplicada. Desde la década de 1970, apenas una docena de casos han sido procesados, con solo cinco condenas registradas.