La mansión con ascensor y lago que compró Julio Iglesias y que está rodeada de fábricas de ataúdes

El lugar elegido, aunque poco habitual para un famoso de su alcance, evidencia una preferencia por la privacidad y el contacto con la naturaleza. Iglesias apostó por un rincón discreto, donde el valor no está solo en la tierra, sino también en la historia que lo rodea.
Cómo es la mansión que compró Julio Iglesias en España
La propiedad que ahora pertenece a Julio Iglesias se ubica en Piñor, una pequeña localidad de la provincia de Ourense, Galicia. Se trata de una construcción imponente de casi mil metros cuadrados, edificada sobre un terreno de 16.000 metros. La mansión cuenta con un lago artificial, piscina, ascensor interior, espacio para 20 vehículos y varias terrazas con vistas al paisaje rural gallego.
Además del confort, la propiedad deslumbra por su diseño moderno y funcional. Posee techos altos, grandes ventanales y materiales nobles que combinan con el entorno natural. En el interior se destacan varias salas de estar, una cocina de estilo americano y habitaciones con baño en suite. Todo está dispuesto para garantizar una vida de lujo sin estridencias, con un toque rústico gracias a sus paredes de piedra.
Pese a su tamaño y características, lo que más llama la atención es la ubicación. La mansión está rodeada por fábricas de ataúdes, lo que genera un fuerte contraste entre el entorno industrial y la sofisticación de la vivienda. Iglesias, sin embargo, parece haber priorizado la tranquilidad y la conexión con sus raíces gallegas por encima de los convencionalismos.
Piñor, el pueblo de España conocido por sus fábricas de ataúdes
Piñor, con poco más de mil habitantes, es un municipio discreto y de tradición trabajadora. Pese a su tamaño, se hizo conocido en toda España por una industria muy específica que la representa: la fabricación de ataúdes. Desde hace décadas, esta actividad se consolidó como uno de los principales motores económicos del pueblo, al punto de concentrar más del 25% de la producción nacional de féretros.
Esta especialización no es casual, sino que se debe a la abundancia de madera, sumada al saber artesanal transmitido de generación en generación. Esto convirtió a Piñor en un polo de referencia para este tipo de manufactura. Fábricas como Ataúdes Ourense o Ataúdes Gallego dan empleo a buena parte de la población local y exportan sus productos a varios países de Europa.