La trayectoria de los dispositivos foldables de Samsung
A medida que los smartphones se convirtieron en un compañero esencial, los usuarios comenzaron a demandar pantallas más grandes y la carrera comenzó para ofrecer precisamente eso. Al mismo tiempo, los usuarios querían dispositivos portátiles y de bolsillo, dos solicitudes aparentemente opuestas. Entonces, esto planteó la pregunta, ¿cómo podemos reconciliar estas demandas? La solución de Samsung fue simple, aunque no fácil de implementar: plegar la pantalla.
Samsung en su afán de renovarse y de marcar un precedente en la tecnología móvil, introdujo por primera vez el concepto de pantallas flexibles en 2011 y, después de una década, lanzó oficialmente sus primeros dispositivos móviles plegables, creando una categoría completamente nueva. La hazaña se alcanzó con el Galaxy Z Fold, el primer smartphone de esta serie y con el que la marca surcoreana comenzó el año 2019 su legado de foldables.
A este modelo, que se pliega en forma de libro, se sumó un poco después el Galaxy Z Flip, que emula los antiguos teléfonos que se caracterizaban por su forma tipo “almeja” (Clamshell).
Con estos equipos móviles se buscó por completo la innovación: mientras que el Galaxy Fold, potenció la capacidad multitarea para realizar diversas acciones de forma simultánea, con mayor rapidez y de manera más cómoda, gracias a una inédita pantalla desplegable, el Galaxy Flip, ofreció una nueva manera de capturar imágenes con su FlexCam, que ayuda a los usuarios a expresarse de manera única y con manos libres.