Observen cómo crecen los lirios del campo. no trabajan ni hilan; … (1)
Fausto García
“El hombre que oculta su pasado se niega a sí mismo”. (Fausto García)
A seguidas transcribo esta porción del Evangelio según Mateo, (6, 26-32). “Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso.”
En las versiones que he leído y escuchado de la Biblia, siempre he leído y oído leer lirios y no flores, por eso quise ponerlo en el título. En la Biblia hay paisajes, episodios, relatos, parábolas o enseñanzas del maestro Jesús que en algún momento determinado uno las hace suya o las comprende mejor al ver como se hacen realidad ante o con uno mismo. Cuando esto ocurre, se da uno cuenta de la grandeza del mensaje del maestro de todos los tiempos.
Lo que acabo de decir me ha pasado al menos en tres ocasiones. La que sigue, y es la primera parte de la lectura citada, es una ellas: “Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta.”
En la zona donde suelo caminar como parte de mi rutina de ejercicios, tengo el privilegio de andar por el lugar más alto de la ciudad de Santiago, y al hacerlo, puedo contemplar los árboles y la vegetación que la embellece, incluido el cielo que cada día se viste con un traje nuevo digno de detenerse a contemplarlo y dar entonces gracias a Dios, por tanta majestuosidad. Por igual, tengo el privilegio de disfrutar de las distintas frutas que producen varios de esos árboles, tales como mangos, aguacates, chinolas, guayabas, naranjas, tamarindo, limoncillo, etc. Según la estación y el ciclo de producción de esas frutas, el día menos pensado me llega una a las manos, y no porque marotee, sino porque los árboles las dejan caer para compartirlas con quienes las aprecian.
Hoy justamente (2-10-24), casi me cae en la cabeza una chinola bastante grande, que procedía de un bejuco enredado en un cable de un tendido X. Al verla me maravillé y di gracias a Dios, pues contemplando el desplazamiento de la débil rama y el fruto que había parido y compartido conmigo en ese momento, me admiraba en la grandeza de Dios. Sí, en la grandeza de Dios, El es grande, realmente grande, y así como lo describe Jesús, al igual que El alimenta las aves del cielo que no siembran ni cosechan, ni guardan alimento en granero, El nos alimenta.
Ante los afanes por la ropa y la comida de hoy, bien vale la pena leer con detenimiento y reflexivamente lo que nos dice Jesús en esta parte de su Evangelio, y procurar ver las tantas veces que Dios a nosotros, al igual que las aves del campo, nos ha provisto de tantas cosas, sin muchas veces darnos cuenta como han llegado a nuestras manos, y lo peor, sin reconocer o admitir que quien lo ha hecho es nuestro buen padre Dios, que de día y de noche esta con nosotros. Gracias eterna a esa gran y buen Dios, quien, en la persona de Cristo, su hijo, vino a darnos el mayor y mejor de todos los frutos, el vino nuevo: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1ra. Corintios 13, 4-7). faustogarcia2003@yahoo.com