Opinión

¿Puede el cristianismo ser un engaño?

En el ser humano todo es posible, descartar posibilidades es un grave error. El humano ha demostrado que conoce el mal, el engaño, la hipocresía, la calumnia, la difamación y la mentira que son conductas comunes en el diario vivir.

Por eso, las detracciones y el medrar son partes del comportamiento humano, aunque para muchos nos sea difícil aceptarlos, por considerar al humano como un ser inteligente y con sabiduría para el bien; pero, la conciencia y el sentido común han sido afectados en el hombre.

Uno de los apóstoles que más escribió fue Pablo, quien conocía la cultura elenica, judía, y romana. Por eso, vivió siendo fariseo, quienes eran más apegados y radicales de la religión judía. El se consideraba que era el más aventajado de sus contemporáneos. El sabía que el judaísmo era superior y más correcto que todas las creencias que había entre los griegos y los romanos. De hecho, cuando surge el cristianismo, es uno de sus principales persecutores, con fines de hacerlo desaparecer.

La conversión de Pablo, llamado Saulo, fue por revelación de Dios, y por sus conocimientos de lo que hoy llamamos Antiguo Testamento. Las creencias de lo que el cristianismo llamó paganismo, eran descartadas por el apóstol, porque en la leyes judías eran prohibidas; es decir, él sabía que eran falsas creencias. Sus amplios conocimientos de las culturas de la época, le permitía diferenciar lo que él entendía que el Dios de los judíos aprobaba y desaprobaba.

Cuando el apóstol se hizo cristiano, no iba a comulgar con falsedades, así que, sus propios conciudadanos se convirtieron en sus verdugos, con fuertes ataques, con azotes y cárceles y muchas difamaciones, diciendo que él decía lo que en realidad no decía. Por tal motivo, tuvo que demostrar con las Escrituras judías, que Jesús, a quien él predicaba, era el Mesías que ellos esperaban, a quien ellos habían entregado a Pilato para que sea crucificado. Esto parecía una acusación a ellos, aunque en efecto no lo era, sino una demostración de que Jesús era el Cristo.

Ahora bien, la sinceridad y objetividad del apóstol, le trajo problemas dentro del mismo cristianismo, ya que algunos que profesaban la fe de Cristo, se habían extraviados de la verdad. El no podía quedarse callado y ser cómplice de semejante error, en consecuencia, algunos gentiles también entraron en conflictos con él. Por eso escribió: «Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo» 2 Co. 2:17.

El cristianismo, gracias a Dios, pasó por los más difíciles ataques, los cuales en  lugar de dañarles y hacerlo desaparecer, sirvieron para pulirlo, definirlo y consolidarlo, como una verdad de Dios y como una nueva religión, una nueva forma de vida presentada por Dios, mediante su Hijo Jesucristo. Si no hubiese pasado por esas encrucijadas, tanto del Imperio Romano, como de los judíos, y sobre todo, de la cultura griega, hoy pudiera dudarse de su veracidad.

La pregunta, ¿puede el cristianismo ser un engaño? La respuesta es sencilla, ¿podría alguien negar que el sol existe? Si la respuesta a la última, es NO, entonces, la misma respuesta corresponde a la primera. Es imposible que el cristianismo sea un engaño. Este es la respuesta de Dios a las problemáticas del hombre; éste no es una simple filosofía, es la palabra de él, y es la voluntad de Dios para con el hombre, debido a que Dios quiere que tenga una santa manera de vivir.

Ante la violencia construye la paz; ante el odio, el amor; ante la injusticia, la justicia; ante la falsedad, la verdad; ante la muerte, la vida; ante la disensión, la comunión; ante la división, la unidad. Este no es subjetivo, es un hecho universal y objetivo.

El producto del cristianismo, es una nueva sociedad de amor, de esperanza, de fe, de servicio y de cosmovisión creando un nuevo hombre, el cual responde a la imagen de Dios, y a la vez, al bienestar humano.

Toda persona que quiera comprobar la veracidad del cristianismo, tendrá que admitir que Dios es el mentor del mismo. Asimismo, deberá aceptar que el hombre sólo podrá tener la luz de la verdad, cuando la gloria del evangelio resplandezca en su corazón y entendimiento.

El cristianismo es una verdad absoluta, incuestionable y transformadora del hombre. Dios nos ha bendecido, dándonos a Cristo y su palabra, cuya vivencia en él, se determina: cristianismo.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba