Menos de una hora después del anuncio que confirmó su salida de los Red Sox, Rafael Devers fue visto regresando en silencio a Fenway Park, ya no como la figura central del equipo, sino como alguien que cierra discretamente una etapa significativa de su carrera en el béisbol profesional.
El jugador dominicano, de 28 años, no llegó acompañado por representantes del club ni recibió ningún tipo de homenaje. Tomó un taxi hacia el estadio, donde durante más de diez años construyó una trayectoria destacada, con el único objetivo de recoger su automóvil. Este gesto sencillo tuvo un gran significado para quienes han seguido su carrera desde sus inicios con la organización de Boston.
De acuerdo con el periodista Duke Castiglione, Devers fue retirado del vuelo chárter que se dirigía a Seattle en cuanto se hizo oficial su transferencia a los San Francisco Giants. Posteriormente, fue enviado de vuelta a Boston en un vehículo privado, sin mayor exposición ni protocolos públicos.
Aficionados presentes en el lugar lograron captar imágenes de su llegada al estacionamiento del Fenway Park. En el video, compartido por el usuario @RealianSteele6 en Twitter, se observa a Devers llevando gafas oscuras, sin emitir palabra, caminando de forma apresurada y sin hacer contacto con los medios ni seguidores. No hubo discursos ni gestos públicos de despedida. Solo un momento breve, íntimo y sin artificios.
El ambiente reflejó más una vivencia personal que un evento profesional. Fuentes cercanas a la organización indicaron que varios utileros colaboraron con Devers en el traslado de sus pertenencias personales hacia su vehículo. Aunque su presencia no estuvo rodeada de multitudes, su paso por el estadio no pasó desapercibido para quienes conocían la importancia del momento.
Cabe recordar que Devers había firmado en enero de 2023 un contrato por diez años y 313,5 millones de dólares con los Red Sox. A partir de ahora, el conjunto de San Francisco asumirá el resto del acuerdo, apostando por su sólida trayectoria ofensiva y su experiencia en encuentros de alto nivel.
Aunque hasta el momento no ha ofrecido declaraciones, su retorno solitario y en silencio pareció decirlo todo. Desde hoy, la ciudad de Boston comienza una nueva etapa sin uno de sus jugadores más representativos, mientras que San Francisco da la bienvenida a un nuevo referente para su afición.
