Sinner fulmina a Djokovic y se jugará el título de Roland Garros con Alcaraz

París (EFE).- Como en la final femenina, el número 1 y el número 2 del mundo, el italiano Jannik Sinner y el español Carlos Alcaraz, defensor del título, se jugarán el título de Roland Garros, después de que el transalpino derrotara en semifinales al serbio Novak Djokovic por 6-4, 7-5 y 7-6(3).
Sinner se convirtió en el primer italiano que llega a la final de París desde Adriano Panatta hace 49 años y junto con Alcaraz protagonizará la primera final entre dos tenistas nacidos en este siglo.
Será el duodécimo duelo entre los dos jugadores, con siete victorias del español, que encadena cuatro, la última en al final del Masters 1.000 de Roma de hace unas semanas.
«Nunca es fácil jugar contra él, tendré que dar el máximo», aseguró el italiano.
Sinner, muy fuerte para Djokovic en Roland Garros
Sinner jugará su primera final en París, la cuarta en Grand Slam, la tercera consecutiva, en busca de su cuarto título, mientras que el español persigue el quinto. Ninguno de los dos ha perdido ninguna final de torneo grande.
El italiano, que el año pasado resultó derrotado por Alcaraz en semifinales, llega con la lección bien aprendida y un tenis más ajustado, más adaptado a la tierra batida, su peor superficie. El italiano se ha colado en la final sin perder un set, habiendo dejado escapar solo 53 juegos y con menos de trece horas en la pista.
Jannik Sinner de Italia (izq.) celebra su victoria en las semifinales de Roland Garros frente a Novak Djokovic de Serbia, este 6 de junio de 2025. EFE/EPA/Yoan Valat
Una exhibición de juego que ha enterrado en el olvido los tres meses que pasó alejado de las pistas por una sanción por dopaje en una temporada en el que solo cuenta con una derrota, la final de Roma.
Encadena 20 triunfos en Grand Slam, tras sus victorias en los Abiertos de Estados Unidos del año pasado y de Australia de principios de temporada. No pierde un set desde los cuartos de Australia contra Holger Rune.
El italiano, de 23 años, se muestra intratable y colocó a Djokovic, 15 años más veterano, ante una realidad: el paso del tiempo no juega en su favor.