Opinión

Socorro Castellanos: talento que no muere

Por: Rafael A. Escotto

El uso apropiado de la comunicación audiovisual, como el cine y la televisión, por su poder de comunicar información capaz de producir diferentes sentimientos y sensaciones en el espectador, este medio debe ser manejado por profesionales de la comunicación que sepan usar el lenguaje correctamente por la capacidad que descansa en el presentador o el locutor de entusiasmar, perturbar o alterar el estado de ánimo de los ciudadanos de una sociedad.

Hacer periodismo televiso conlleva un gran compromiso en informar a la sociedad de manera clara e imparcial. El público requiere conocer lo que está sucediendo en el mundo y a su alrededor y, por lo tanto, es esencial que la información que se difunde sea veraz y condensada. Hoy existe una gran cantidad de noticias falsas y desinformación, por lo que el periodismo en televisión debe bregar para ofrecer una información fidedigna y de calidad.

Actualmente, algunos programas de televisión han transformado el periodismo en una función o show de entretenimiento. Aunque estos programas pueden ser queridos por la audiencia, como se dice, para botar el estrés, pueden poner en peligro la verdad del periodismo. Por lo tanto, es importante que los programas de periodismo televisivo mantengan el contrapeso entre la información objetiva y el pasatiempo, para no perder la ilusión del público.

El periodismo en televisión ha progresado desde los noticieros tradicionales hasta nuevos formatos, como programas de análisis, documentales y entrevistas en vivo. Estas nuevas configuraciones han posibilitado a los periodistas, por ejemplo, como María Elena Salinas, de UNIVISION, una de las comentaristas más reconocidas de los Estados Unidos, analizar temas más complicados y ofrecer un panorama más trascendental de los hechos.

Igualmente, la introducción de las redes sociales y la ciencia de la tecnología ha permitido a los periodistas en televisión, como nuestra talentosa santiaguera Socorro Castellanos, tener una mayor interacción con la audiencia y hacer la comunicación más interactiva, a modo de diálogo. Las tecnologías interactivas reflejan casi siempre los resultados de nuestras acciones y de nuestros pareceres. Debemos aclarar, que Socorro se cuidó de no hacer periodismo de farándula o como se le suele llamar, prensa rosa, ello así porque al parecer odiaba entrometerse en la intimidad de personajes públicos.

Recompensada por su belleza y a su estilo extraordinario de hacer televisión, Socorro Castellanos Tavares cobró gran notoriedad entre el público, lo que la llevó a convertirse en el rostro dulce de la televisión dominicana desde que comenzó a hacer televisión en el 1960, con su participación sobresaliente como productora, presentadora y comentarista en programas como «Buenas Tardes, a la Orden», «Revista Eva», «El Show del Mediodía» y «Punto Final», donde su elegante figura maravilló a la audiencia de la época con su estilo inimitable y su imaginación de hacer televisión por la calidad de sus propuestas.

Su misión con el desarrollo de la cultura fue más allá de los medios de la televisión y de la radio. Ocupó las funciones de ministra consejera en la embajada dominicana en Cuba, donde impulsó la identidad cultural del país en diversas expresiones artísticas y culturales.

Recibió varios galardones, entre ellos el Casandra Especial en 2015, uno de los reconocimientos más prominentes que concede la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) y, asimismo, en 2021 fue distinguida por el INDOTEL por sus excepcionales contribuciones a la comunicación y la cultura nacional.

Socorro Castellanos dio demostraciones de sus cualidades literarias cuando publicó el libro «El sabor de mi tierra», una selección de fórmulas criollas acompañadas de anécdotas personales, recomendaciones culinarias y datos fabulosos de la gastronomía dominicana.

Santiago de los Caballeros y el país lamentan con lágrimas en los ojos la pérdida de una de las figuras más ingeniosas y representativas de la televisión y de la radio de República Dominicana.

Paz a sus restos.

 

 

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