Ulises Jáuregui: el dominicano que convierte el sargazo en oportunidad (aunque casi nadie lo sepa)

Por Abril Peña
Distrito Nacional,- Cada año, miles de toneladas de sargazo invaden las costas del Caribe, afectando el turismo, la pesca y el ecosistema. En la mayoría de los países, esto se ve como una catástrofe que se limpia… y se olvida.
Pero en República Dominicana, un científico ha decidido verlo como algo más: una materia prima con poder transformador.
Su nombre es Ulises Jáuregui, investigador del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), y su trabajo puede cambiar no solo cómo enfrentamos el sargazo, sino también cómo pensamos el desarrollo sostenible en el Caribe.
El científico que no le huye a las algas
Ulises es doctor en ingeniería química y biotecnología, especializado en bioprocesos sostenibles. Desde su laboratorio en INTEC, lidera un equipo que ha demostrado cómo el sargazo puede convertirse en bioplásticos, fertilizantes, materiales de construcción, e incluso productos cosméticos y medicinales.
Lo que para muchos es basura, para él es biomasa útil.
Y no se trata de teoría. Ya han realizado pruebas con éxito, han creado prototipos, y están listos para escalar… si existiera la voluntad.
¿Por qué esto importa?
Porque el sargazo no se va a ir. Porque los modelos de desarrollo actuales están agotados. Y porque la ciencia dominicana necesita más visibilidad, más inversión y más decisión política.
El trabajo de Ulises no es solo científico. Es una propuesta económica, ambiental y estratégica: convertir un problema regional en una fuente de valor, empleo y sostenibilidad.
El silencio nacional
Aunque ha sido reconocido por la comunidad científica internacional y ha presentado su investigación en eventos académicos en Europa y América Latina, su nombre sigue siendo desconocido para la mayoría de los dominicanos.
Mientras tanto, el sargazo sigue llegando. Y seguimos gastando millones en removerlo… en lugar de financiar a quienes ya saben qué hacer con él.
Ulises Jáuregui es uno de esos dominicanos que cambian el mundo.
Aunque su país aún no se haya dado cuenta.