Accidentes automovilísticos en jóvenes: ¿A quién culpar?
Dr. Frank Espino
“La muerte de los jóvenes constituye un naufragio. La de los viejos es un atracar en un puerto” Plutarco
Los diarios y noticiarios nacionales reportan con frecuencia tristes noticias relacionadas con accidentes automovilísticos en personas jóvenes. Esto necesariamente tiene que hacer reflexionar a toda la sociedad dominicana. ¡Se debe hacer un estudio concienzudo de qué es lo que está provocando éstas catástrofes! ¡Hacer un examen “profundo” y comenzar a hurgar entre las autoridades, ¿Qué impulsa a esos jóvenes exponerse a la muerte tan tontamente cuando apenas “empiezan a vivir?
¿Cuáles son los horarios donde más ocurren estos accidentes? ¿Qué tipos de vehículos son los más vulnerables? ¿Qué tan permisivos son los padres con estos jóvenes? ¿Cómo influyen nuestras carreteras, avenidas, calles, señalizaciones de tránsito en estos accidentes?
Todas y cada una de estas interrogantes, y las que se puedan agregar, deben ser objeto de estudio; para llegar a un diagnóstico, con la finalidad de buscar una profilaxis, y de no ser posible, un tratamiento, que pueda poner la cura, sino definitiva; al menos paliativa a esta triste destrucción de vidas.
¡Lo malo de todo esto es, que no se ve a corta distancia un “respiro” a esta situación! ¡Pocos estamos dando la voz de alarma ante estos eventos calamitosos!
¡Qué triste es ver jóvenes destruyendo sus vidas en accidentes automovilísticos! ¡Pérdidas irreparables en pleno ejercicio de sus años intelectuales y productivos! ¡Cuanta inversión perdida! ¡Cuántos sueños, cambios y promesas no cumplidos!
¡Qué tristeza ver a sus padres cuando derraman sus lágrimas sobre los cadáveres de sus hijos! ¡Qué pena da, ver hermanos (as) amigos, novias(os) familiares y relacionados cuando contemplan inertes aquellos que estuvieron entre ellos compartiendo muchos momentos en sus vidas!
¡Profesores, instituciones académicas, compañeros de labores, intentan buscar explicaciones cuando hay pérdidas de vidas, ¿Qué pudo suceder?
¡Ahora bien! ¿A quien culpar? ¡Este es el enigma! Los padres, sumidos en remordimiento de conciencia, buscan escapatorias para no cargar con la culpabilidad de haber sido en ocasiones permisivos con estos jóvenes.
¡Las autoridades no responden con responsabilidad, cuando del cuidado del sistema vial se trata! ¡Tampoco pueden ya exponer sus motivos de ese desenfreno los que han perdido sus vidas!
En consecuencia, lo que debemos hacer es: ¡Buscar causas para tener soluciones!
El autor es médico, escritor y profesor universitario