Opinión

Electores y ofertas

Aquiles Olivo Morel

El modelo electoral de la democracia dominicana se perfila como uno de lo más competitivo de América Latina (AL). Las legislaciones donde se definen la regla de juego establecen cuatro momentos posibles para que los electores puedan ejercer el sufragio,  por una de las propuestas presentadas. En un primer escenario serán seleccionados los Alcaldes, regidores, directores distritales y vocales en todo el país. Figuras de excelentes perfiles en sus respectivas demarcaciones compiten para ser favorecidos por el voto popular. Posteriormente se enfrentaran los Diputados y Senadores en una modalidad del voto preferencial en la que también tienen la oportunidad de votar al presidente de su preferencia.

Tal es el caso de los Alcaldes, que los propios estrategas del gobierno se encuentran permanentemente realizando estudios, a través de los cuales conocen el calaje de estos. Tratan de lanzar al ruedo aquellos con excelentes marcas, dado el nivel de importancia que para el proceso electoral donde se escogerán Senadores, Diputados y Presidentes de la Republica tiene este primer contacto de los electores con las urnas. Algunos se arriesgan a opinar de como pudieran influir estos resultados con un impacto positivo con quienes obtengan la delantera en cuanto al número de representantes municipales.

Esta creencia incidió  en las reservas y las alianzas. El juego táctico aún continúa con la conquista de dirigentes, con el paso de figuras importantes de la sociedad brindando apoyo a quienes ya son candidatos oficiales. Este juego no se detendrá hasta el último momento porque el nivel de competencia en los esfuerzos individuales se expresa a través de la conquista de personas representativas y con peso social.

Los electores, mientras tanto, serán sometido a la presión de los medios de comunicación; las publicaciones a través de las redes sociales; los afiches y las guaguas –disco light- anunciadoras incentivando el posicionamiento. La democracia, aunque establece lo que se debe y no se debe hacer, el desenfreno individual parece indetenible, en la medida en que se aproxima los días finales de estas elecciones municipales.

¿Llegará el fin del tranfuguismo? ¿Habrá pactos secretos en el transcurso de este tramo de la campana electoral? ¿Cuáles maniobras pudieran emprender los competidores para sacar ventajas a la fragmentación partidaria? ¿Están a salvo los reeleccionistas como dicen las encuestas? Y finalmente ¿Hay en el horizonte algún tipo de señal para cambiar este panorama electoral, el cual se ve inclinado hacia el gobierno?

La política siempre será cambiante. Los espacios y las intenciones se inclinan hoy a favor de unos y después a favor de otro. Las apuestas a mantener invariable las intenciones de los electores están en las ideas de posicionamiento de quienes encabezan los proyectos electorales.

En definitiva, la competencia electoral para los próximos comicios se encuentra en una incertidumbre por parte de la oposición de la que ese espera  alguna señal para articular un “frente opositor”. El presidente de la república, aunque no ha  señalado si buscará un segundo mandato, los resultados de la mediciones lo presentan como imbatible, a no ser que algo extraordinario acontezca en los próximos meses.

Un aspecto clave a la hora de articular un frente opositor se encuentra en la manera en que influye el número de electores en los pactos. La disparidad de la cantidad existente en una y otra demarcación  afectaría el caudal de votos individuales de cada partido. Esto podría lastimar considerablemente su desempeño respecto a los por cientos obtenidos.

Existen múltiples situaciones que vista en perspectivas cambiarían el balance. Algunos sostienen que el impacto de la situación económica global elevaría aún más el precio de la canasta familiar a corto plazo. Los efectos inmediatos de la alzas, incluyendo la electricidad y por supuesto, la caída de algunos servicios están dentro de los efectos visibles para cambiar a un mínimo de la población votantes.

En este laboratorio de ideas no escapa tampoco la creencia en que de seguir igual el actual presidente de la republica pasaría en la primera vuelta, impulsado sobre todo, por el éxito de las elecciones municipales, cuya repercusión entusiasta volcaría a los dirigentes recién electos a empujar decididamente para hacer posible este objetivo.

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