Alcaldías deben comprar tierras para preservar verde
Reynaldo Peguero
Entre las enseñanzas del XXV Congreso del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) en Mendoza, Argentina, están que los ayuntamientos compren tierras urbanas para proteger el verde que preserven auténticos jardines urbanos distribuidos en las ciudades. No es solicitarles donaciones caritativas, ni declarar de utilidad pública, si no adquirir los terrenos de propietarios privados, a un monto razonable.
Pensé en Santiago, territorio donde varias familias patricias de esta ciudad novia del Yaque, poseen terrenos que son verdaderos parques urbanos naturales y áreas verdes vitales. Desde Mendoza reflexioné en los Franco para el meandro y ribera del Yaque en Los Jazmines, también en familias propietarias de diversos terrenos del entorno del palacio municipal de Santiago.
Esta fue una de las conclusiones de evento que finalizó con la convicción de que el decálogo de la Ciudad de Mendoza contra el cambio climático servirá de guía y herramienta para el resto de las ciudades participantes. Las ciudades del mundo son responsables del 70% de Gases de Efecto Invernadero (GEI), en especial las grandes urbes de países industrializados.
Por eso nuestra amiga y Alcaldesa de Bogotá, Claudia López subraya que mientras “las ciudades de América Latina” hacen su trabajo con el cambio climático, pero el mundo desarrollado deben contribuir con las ciudades de América para que no seamos ciudades ni “productoras no de gases, ni de pobres”.
En Mendoza, Argentina, tras tres días de intenso trabajo, enriquecedoras exposiciones, visitas técnicas y también arduos debates que involucraron a los 120 representantes de ciudades iberoamericanas, finalizó el XXV Congreso de CIDEU. El cierre de este encuentro, denominado “Planificación y acción climática en las ciudades”, se realizó con la Asamblea Anual, de la que participaron las ciudades socias. Allí, tras la lectura de la declaración, se confirmó la sede de la próxima edición del congreso: Zaragoza, ciudad del río Ebro.
En representación de Santiago, nos correspondió exponer los detalles del abordaje integral de ordenamiento de las cuencas urbanas de la ciudad en especial, el Río Gurabo en sus 8 km lineales de curso. Santiago reconoció sus logros y errores en la planificación estratégica territorial pues muchas veces se olvida que esta planificación es un pacto social entre actores de diversos niveles; asimismo se destaca que a veces se comete el error de buscar al sector privado como “donante” y no como un corresponsable y activo participante del proceso.
Santiago presentó su Hoja de Ruta de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático en un escenario inteligente vía líneas de actuación en torno a tres ejes: i) eficiencia energética, ii) energías renovables y iii) optimización en la gestión de los recursos hidrográficos; incluso promueve gestar que el Ayuntamiento de Santiago y el Estado adquieran áreas verdes y terrenos para su preservación. Consideramos, además, un cuarto eje transversal basado en la creación de capacidades de gestión comunitaria.
Santiago es la primera ciudad con un plan estratégico, un plan de ordenamiento; una estrategia de resiliencia e inversiones públicas y privadas comprometidas con la naturaleza.