El pensador político y su papel en el desarrollo de los partidos
Rafael Santos
Los partidos políticos de nuestro sistema deben de ir trabajando tras la búsqueda de la importante figura del pensador. Esa persona que revestida de los conocimientos éticos y de las normas estatutarias de las citadas entidades, puedan constituirse en los fieros referentes para su desarrollo interno. Esto fortalece la democracia.
El pensador, es precisamente y tal como lo señala la Real Academia de la Lengua, “la persona que piensa, medita o reflexiona con profundidad y eficacia”, algo sobre lo que los partidos deben de ir precisamente pensando si de verdad quieren montarse sobre la modernización de la política como ciencia y al servicio de la sociedad.
En estos momentos y aunque no se perciba, la democracia en muchos de nuestros países latinoamericano está transitando sobre importantes retos, en donde se hace necesario que dentro de los partidos políticos se actúe más que con inteligencia, se proceda con sabiduría, para que así, podamos decir con propiedad que se camina en pos de la modernización de estas entidades, y esto solo es posible, si a lo interno se piensa con más calidad y se actúa con más rectitud, en donde los llamados líderes se despojen del traje caudillista y se conviertan en verdaderos portadores de la sucesión precisamente del liderazgo que encarnan.
Por no tener entes pensantes, en las últimas décadas, muchos de nuestros partidos no han asumido en la práctica su rol de educadores políticos, y esto trae como consecuencia un crecimiento sin una base sustentadora de ideología, lo que a su vez es causa de crisis, creando en las sociedades de nuestros países, un denso clima de confusión en cada uno de los procesos electorales.
Los cabecillas de los partidos deben trabajar en pos de lograr establecer mecanismos reales para el desarrollo integral de sus miembros. Crear oportunidades a quienes las deseen; líderes reales con propuestas hacia el desarrollo de nuestros países y no a la fomentación del grupismo que es uno de los elementos que más erosiona el fortalecimiento de nuestras democracias en sentido general.
Esos sectores que con ciertos poderes orbitan en los partidos, deben abrirse al conocimiento a través de un pensamiento más justo y equitativo. Entender que este como concepto universal (conocimiento), es propiedad de todos y por lo tanto, también sus bases tienen legítimo derecho para adquirirlo.
Quienes dentro de los partidos piensan lo contrario, son aquellos que con sus actuaciones pretenden eternizarse para convertirse en los autócratas, en “especializados especímenes” que solo sus palabras son las que tienen las verdades que en muchas de las ocasiones no son verdades nada, sino, situaciones acomodaticias para lograr objetivos que en nada tienen que ver con la democracia de los partidos políticos.
Recomendación
Los partidos debe abrir sus escuelas de formación política, esto atendiendo a lo establecido en el Capítulo IV, en los artículos del 34 al 39 de la Ley 3318, la cual nos habla claro sobre las ordenanzas de los partidos a establecer la educación política de sus miembros, así como la cuota que deben de implementar (artículo 38 con sus numerales correspondientes), para que estos avancen hacia la meta que muchos dicen tener como principio básico, que es el desarrollo de la nación.
Debemos tomar como enseñanza de lo que es el genuino liderazgo y la filosofía democrática, el ejemplo de dos de nuestros más grandes intelectuales o pensadores actuante del desarrollo político de nuestros partidos en República Dominicana, como los fueron, tanto el Profesor Juan Bosch como el doctor José Francisco Peña Gómez, a nuestro entender, los dos más grandes líderes con pensamientos liberales de todos los tiempos.