En el día de Acción de Gracias
Por: Rafael A. Escotto
La tradición que acabamos de celebrar tiene su origen en 1621, cuando los colonos ingleses celebraron, con los nativos de la zona, el éxito de su primera cosecha durante tres días consecutivos.
Les damos las gracias al Gobierno y al pueblo de Estados Unidos por habernos abierto sus brazos y acogernos con suma confianza en nuestra llegada allá en 1962.
Les damos las gracias a Estados Unidos por habernos abierto las puertas de sus aulas escolares, desde la secundaria pasando por las cátedras universitarias hasta terminar felizmente nuestra carrera de Derecho y luego ejercer la profesión en sus tribunales en igualdad de condiciones a los nacidos en esa gran nación.
Les damos las gracias a Estados Unidos en este maravilloso día de Acción de Gracias por haber creído en nosotros, en nuestras buenas costumbres, en nuestra fidelidad, en nuestros deseos de superación personal.
Les damos las gracias a Estados Unidos por brindarle a mis hijos los espacios necesarios para su superación profesional y lograr abrirse paso en esas tierras de Dios y de Lincoln.
Les damos las gracias a la nación norteamericana por permitirnos convivir con ellos como sus iguales y enseñarnos a hacer acopio de su grandeza moral, política y social.
Les damos las gracias a Estados Unidos por la dedicación de sus grandes hombres a hacernos ricos en el amor a los demás y por llenarnos de su perseverancia para hacer posible el bienestar de todos los que nos acogimos a su enorme pabellón, a cantar su himno en alta voz,enseñarnos su coraje y valentía y a conocer y luchar por la palabra libertad.
Les damos las gracias a Estados Unidos en este día, tan memorable, memorable por la carga de agradecimientos a Dios al haberle ofrecido a aquella nación, tan nuestra, que recién acababa de nacer, los alimentos espirituales y materiales que pudo necesitar en momentos de apuros y de incertidumbre.
Les damos las gracias a Dios para que cada día, cada momento y cada hora llene a Estados Unidos y a su pueblo de salud mental y física y a sus gobernantes le provea claridad de inteligencia y de dirección para que sigan construyendo y fortaleciendo los ejes de desarrollo y de bienestar que le proporcionen riqueza y prosperidad a la nación.
Les damos las gracias a Estados Unidos por la solidez de sus estructuras socioeconómicas para que los beneficios obtenidos a través del trabajo y de las capacidades de sus hombres puedan ser repartidos y disfrutados de manera colectiva como quisieron sus forjadores que fuera.
Les damos las gracias a Estados Unidos y, sobre todo, al Gobierno del estado de Nueva York por haber creído en nuestra preparación profesional e intelectual y, sobre todo, en nuestro respeto por la ética institucional al nombrarnos, sin siquiera haberlo solicitado, en el puesto de abogado del Departamento de Transportación de dicho estado (conocido por sus siglas en inglés NYSDOT), antiguo Obras Públicas.
Les damos las gracias a Estados Unidos por todos los dones que recibimos y por habernos enseñado a trillar los caminos de la bondad, la sabiduría y a compartir con los demás nuestros conocimientos y capacidades intelectuales.
Les agradecemos, finalmente, a Estados Unidos en este día de Acción de Gracias el disfrute de compartir en comunidad cristiana y en familia esta cena y digámosles a nuestros invitados como aconsejó Jesús y como también decimos las familias estadounidenses en este gran día: «Amigo, ven siéntate aquí, este lugar es mejor».