¿En qué consiste el “Nuevo Orden Global”? (1/2)

Aquiles Olivo Morel
Así como los acontecimientos con los cuales se cerró el fin de la Primera Guerra Mundial, cuyos agravios posteriormente sirvieron de acicate para la ocurrencia de la II Guerra Mundial, así mismo también, al culminar ésta se acordaron la fundación de un conjunto de instituciones para guiar al mundo civilizado, tal como se le conoce hoy. Algunas de estas, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han podido guiar a la civilización humana a superar las confrontaciones en muchos lugares del planeta como una autoridad reconocida y capaz.
Otras, en el ámbito financiero, impulsaron proyectos de gran anclaje para muchos países occidentales sumidos en la pobreza; sirvieron de apoyo en el desarrollo educativo; se apuntalaron en el área agrícola; se formaron técnicos y profesionales en todas las áreas de estos países; esos acuerdos, en definitiva, condujeron al mundo occidental a una cultura de cooperación, cimentada por las agencias y los financiamientos sistemáticos.
Fue así como se moldeó el mundo que precedió a la II Guerra Mundial procurando la paz y el desarrollo; toda la diplomacia de los países se amparó en esta escuela colocando en el centro la democracia, el catolicismo y protestantismo, la defensa a los derechos humanos y fijándose en los enclaves de las cortes mundiales para dirimir los diferendos sin considerar, siquiera la cultura de guerra, la cual dejó huellas imborrables o cicatrices horrorosas para la civilización humana.
En este orden global, el hegemonismo fue representado por los Estados Unidos, una nación cuya moneda sirvió mediante acuerdos (Breton Woods, 1944 por 44 países) de intercambio para el comercio global; en las conferencias de la ONU siempre estuvo bien claro que se requería, además, la creación de un órgano adhoc para arbitrar los conflictos de comercio, surgiendo así la Organización Mundial de Comercio (OMC); Para validar la observación de las enfermedades y el desarrollo científico en la salud se fundó, además, la Organización Mundial de la Salud (OMS); la UNICEF y la FAO, para el tema de la niñez y la alimentación.
Luego del fin de aquel acontecimiento bélico, la reorganización de Europa en los aspectos de defensa quedó en manos del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sustentado con la asignación de recursos financieros de cada uno de los países miembros y cuyo objetivo sería salvaguardar la seguridad de todas las naciones de lo que había sido el escenario de guerra de aquella terrible confrontación.
La OTAN, desde luego, sirvió como un escudo y rápidamente debió afrontar tentativas de nuevos conflictos; su despliegue en zonas lejanas le permitió ocupar un papel de primer orden, como sucedió en 1991 en los conflictos de los países balcánicos; su presencia en la solución de aquella terrible situación constituye una experiencia significativa en su rol de intervenir sin afectar las buenas relaciones del derecho internacional entre países.
Ese orden, muy reconocido y debatido, pronto sintió los efectos del tiempo; fue cuestionado por quienes veían con celo como algunos países se beneficiaban y otros en cambio padecían el atraso y la escasez, fruto de su débil participación en el desarrollo de la industria. Los Estados Unidos de América (EE. UU.), al ocupar el papel de potencia hegemónica sacó partido de la actividad comercial como nunca. Sus productos entraban a los mercados con escasa competencia; disponer del dólar como moneda de intercambio comercial global le ha permitido ciertas ventajas para la realización de los denominados bloques comerciales.
Países como China y la India experimentaron un crecimiento y desarrollo económico paralelo; en América, Brasil también alcanzó un desarrollo significativo propio; los asiáticos en conjunto vieron recelo este papel de Árbitro Global desempeñado en todos los foros por los EE. UU., a tal nivel que reaccionaron evaluando alternativas para pasar a formar un bloque de países cuyos objetivos se orientan al desplazamiento de Norteamérica (EE. UU.) del centro de los diversos foros donde se discute el futuro del desarrollo comercial.
En pocas palabras: Cuestionan al hegemonismo y dibujan un nuevo mapa comercial (Multilateralismo), donde pudieran participar otros países (BRICS), al tiempo de replantear una nueva modalidad de estructura comercial capaz de utilizar nuevas monedas, al margen del dólar, reconfigurando todos los aspectos y ataduras que limitan el libre comercio. A esto se le llama, el “Nuevo Orden Global” … (sigue)