Opinión

Una ramita en el hombro de la nacionalidad dominicana

Por Julio Gutiérrez Heredia, CPA

SANTO DOMINGO, RD.- El significado del título de este artículo, en lenguaje coloquial, se puede traducir como provocación. La provocación tiene muchas maneras de manifestarse, desde el punto de vista personal, pero cuando se aplica este término a un país, el asunto toma otro matiz. Entre una persona y un país, el término provocación, tiene un carácter distinto, ya que, si la provocación viene de un país, los intereses son más complejos que cuando el asunto es personal.

La nacionalidad dominicana ha sido provocada desde hace 201 años. Se inició el 9 de febrero de 1822, cuando tropas haitianas, mancillaron el territorio del país, proclamado por José Núñez de Cáceres, el primero de diciembre de 1821, como independiente. La clase gobernante haitiana, desde ese tiempo, no ha podido congeniar con esos grupos que gobiernan la parte occidental de la Isla. No le bastó durar veintidós años usurpando el poder en territorio dominicano, ya que, aun después de la Independencia, el 27 de febrero de 1844, seguían las escaramuzas para desestabilizar los gobiernos nacidos de la República Dominicana.

No obstante, esos ataques, los gobiernos de la República Dominicana, en representación del pueblo, miraron hacia el bienestar de la Nación. Su desarrollo con altas y bajas, de la naciente república, tenía otro objetivo, trabajar sin odio ni rencor, para alcanzar las metas de los países en desarrollo. En cambio, en Haití, los grupos oligarcas y los políticos, se creyeron que ese país era una piñata, quitando y poniendo gobiernos a conveniencia de la clase dominante.

Esas constantes maniobras por la lucha del poder en territorio haitiano, se reflejaba en la falta de oportunidades de la mayoría de la población para producir los recursos necesarios, para su subsistencia. Las precariedades hicieron que familias enteras decidieran cruzar la frontera y, encontrar en territorio dominicano, las bases para su sustento.

En las penurias, las catástrofes y las adversidades, el pueblo dominicano ha respondido en ayuda a los habitantes del vecino Haití, sin pasar factura. Hemos sido más solidarios que la llamada “Comunidad Internacional”. Quizás, nuestra actitud, haya sido motivo de celos de esa clase gobernante que muy poco o nada ha hecho por su pueblo.

Como país que comparte una línea fronteriza con Haití, la República Dominicana, ha querido mantener un clima de respeto y buena intención, celebrando acuerdos que garanticen la paz entre ambos pueblos. Pero, para la clase gobernante haitiana, esos acuerdos son “letra muerta”.

El hecho de desconocer lo pactado en el “Tratado de Paz Amistad perpetua y Arbitraje”, firmado el día 20 de febrero de 1929, en el cual, se estableció el derecho que tienen ambas naciones de utilizar las aguas de los ríos que se encuentran en la zona fronteriza de manera justa y equitativa, es una muestra del resquemor histórico de los poderes fácticos haitiano.

El desvío del cauce del río Dajabón o Masacre, entre las constantes actitudes provocadoras de la clase gobernante de Haití, es la más delicada, debido a que infringe preceptos constitucionales que no pueden pasarse por alto la Nación dominicana. Esta acción, no es como acostumbran los voceros de aquel territorio, a denostarnos en foros internacionales, hablando mentiras y colocándose como victimas cuando le conviene asumir esa postura.

En esta ocasión, la “ramita en el hombro”, desempeñará otro papel. No estamos a mediados del Siglo XIX ni en el Siglo XX, el siglo de las guerras. Estamos en el Siglo de XXI, el siglo de la inteligencia natural y artificial, donde se dirimen las diferencias bajo el auspicio de la conversación razonable y los acuerdos amistosos.

Pero cuidado, hay que advertirles a los facinerosos que, se lean la primera estrofa de nuestro Himno Nacional, que un país no se mancilla, porque otro o, un grupo quiera. Cada vez que en esta tierra los dominicanos han tenido enfrentamientos bélicos, ha sido, porque nos han provocado. Nunca hemos gestionado la guerra.

 

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