Todavía quedan playas vírgenes en el Caribe y están en Samaná
Samaná RD .- Durante muchos años, el destino soñado de una gran mayoría de españoles ha sido el Caribe. Disfrutar de playas paradisíacas y de un entorno de ensueño mientras una simple pulserita es capaz de abrir las puertas a un sinfín de ventajas al borde de piscinas rodeadas de frondosas palmeras. Aún hoy lo sigue siendo, pero aunque en las últimas décadas este privilegiado rincón del océano Atlántico se ha popularizado recibiendo cada año a miles de visitantes, siguen existiendo zonas que se alejan del turismo más masivo y que buscan preservar su verdadera esencia así como las costumbres de sus gentes.
Por ello nos atrevemos a decir que Caribes hay muchos, pero el que nosotros buscamos lo encontraremos en la República Dominicana, concretamente en Samaná. Esta agreste península, ubicada en la parte noreste de la isla La Española —territorio compartido por los estados soberanos de Haití y Dominicana—, cumple con todo lo que esperamos cuando pensamos en unas vacaciones de ensueño. Kilómetros de playas vírgenes, pueblos auténticos llenos de vida, naturaleza salvaje, hoteles en los que querríamos quedarnos a vivir y muchas actividades con las que descubrir la zona y empaparnos del relajado estilo de vida samanés.
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Las playas más bellas del mundo
Sí, en Samaná presumen de tener algunas de las playas más espectaculares del planeta. ¡Y es verdad! Por ello es imprescindible organizar excursiones para poder conocerlas. Una muy buena opción es comenzar por la de El Rincón. Dicen que es la más bonita del Caribe y razones no les faltan. Cumple a la perfección el ‘combo paraíso’: kilómetros de arena blanca, agua de color turquesa y estilizadas palmeras que parecen querer acariciar el mar con sus hojas. Muy cerca de aquí encontrarás también el arroyo Caño Frío. No dejes de zambullirte en sus aguas transparentes. Es el remedio favorito de los locales a la hora de combatir las altas temperaturas y la humedad.
Pero hay vida playera más allá de El Rincón. Otras playas como la de Las Galeras, la de Punta Bonita, la de Morón o la romántica Playa del Amor son sencillamente espectaculares. Además, no exageramos si te decimos que las vas a encontrar prácticamente vacías. Pasea bajo las palmeras y báñate entre arrecifes de coral. Disfrútalas como prefieras, y no te olvides de que en estas playas los atardeceres de película están más que asegurados. Así que extiende la toalla, ponte protección, hazte con una buena piña colada y prepárate para evadirte del mundo. Estás en el lugar más perfecto para ello.
El Samaná más auténtico
Aunque no todo tiene que ser playas y palmeras. Una muy buena opción para enamorarte del auténtico Samaná es alquilar unos buggies con los que recorrer las diferentes aldeas, atravesar plantaciones de frutas tropicales, visitar alguna fábrica de tabaco o acercarte hasta el siempre animado mercado municipal de Santa Bárbara de Samaná. En él podrás comprar mangos, papayas y guineos —nuestras bananas— entre otros muchos productos locales, y comprobar cómo viven los habitantes de este privilegiado entorno tropical.