elCaribe se siente expresado, porque ha sido su clamor recurrente, en el anuncio del presidente Luis Abinader de que se instalarán otros dos radares meteorológicos y que su gobierno ya ha licitado los equipos que deberán ser puestos en funcionamiento en los próximos nueve meses.
Satisface porque existía cierta resistencia en sus funcionarios de más responsabilidad, en el área relacionada con los fenómenos atmosféricos, a reconocer y dar prioridad a esa necesidad, en un país situado en una zona vulnerable para los huracanes y porque en el trópico llueve cualquier día y siempre hay peligros de inundaciones.
Era tal la dejadez y hasta la inconciencia respecto a este requisito, que el comunicador de nuestra casa Jean Suriel, experto en asuntos climáticos, inició una campaña en sus redes sociales para que se dotara a la República Dominicana de sistemas de radar para dar seguimiento a los fenómenos atmosféricos.
Se necesitarían cinco radares para poner al país a la altura, por ejemplo, de Cuba, que tiene seis; o de Jamaica, que tiene los suyos, lo mismo que Puerto Rico y muchas de las Antillas Menores.
El propósito de la campaña de Suriel es sensibilizar también sobre la falta de estaciones automáticas, las que debieran estar en la agenda gubernamental, debido a que las que se tienen en la actualidad son insuficientes.
Los dos radares Doppler por adquirir serían instalados, de acuerdo con lo informado por el presidente Abinader, uno en el centro de la isla y otro en el Norte, que se sumarían al único de que se dispone, y que se encuentra en funcionamiento en Punta Cana.
Saludamos este esperado anuncio del jefe de Estado porque nos dotaría de mejor tecnología en el ámbito meteorológico y porque siempre está latente para los dominicanos el mal augurio de ser impactados por algún fenómeno importante y con consecuencias graves.
Por suerte desde el huracán Georges en 1998 hemos estado bendecidos y aspiramos a seguir con la misma fortuna, aunque lo deseable es, por lo cual imploramos al Altísimo, que si pasa alguno lo haga muy lejos de las costas dominicanas.
