Editoriales

Hay que intervenir La Caleta

Aplaudimos, como un paso importante y necesario, la decisión que acaba de tomar el Ministerio de Educación (Minerd) al convocar una licitación para terminar la construcción de la Escuela Básica Campo Lindo, en La Caleta.

La rápida respuesta a esta necesidad, expuesta por Listín Diario en su portada de ayer, abre el camino para corregir la ineficiencia y el incumplimiento del contratista de la obra.

Y, a la vez, sienta las bases para que otras instituciones del Estado intervengan de manera integral en este municipio, donde los problemas van mucho más allá de una escuela inconclusa.

La Caleta no necesita parches temporales ni soluciones a medias; requiere una intervención profunda y estructurada que abarque cada área crítica que afecta la calidad de vida de sus casi 90,000 habitantes.

Aprovechando esta acción inicial del Minerd, es el momento de que otros ministerios – Obras Públicas, Salud Pública y el de Vivienda – se sumen para abordar problemas urgentes que asedian a esta comunidad.

Los residentes de La Caleta viven bajo una amenaza constante de desalojo, con el temor de que en cualquier momento pierdan las casas que construyeron con esfuerzo.

Declarar de utilidad pública los terrenos en los que se han asentado estas familias es una acción que, además de otorgarles la seguridad jurídica que tanto necesitan, contribuirá a una vida en dignidad y tranquilidad.

A nivel de infraestructura, las condiciones de las calles en La Caleta son una vergüenza que no corresponde a la cercanía con uno de los principales aeropuertos del país.

Lodo, polvo y vías en mal estado forman un escenario de olvido en el que los habitantes han aprendido a sobrevivir.

Obras Públicas debe intervenir inmediatamente, pavimentando sus calles y mejorando los accesos.

La intervención del Ministerio de Salud es igualmente urgente.

La propagación de enfermedades como la tuberculosis es un indicador de condiciones de vida insalubres y de un sistema de salud que ha fallado en su responsabilidad.

Lo que está en juego en La Caleta es mucho más que una serie de servicios básicos; se trata de la dignidad y el derecho a vivir en condiciones humanas y seguras.

La intervención puntual del Minerd debe ser la chispa que encienda una intervención integral, coordinada y urgente por parte del gobierno.

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