Opinión

Marileidy Paulino más allá del deporte

Josefina Almánzar


El pasado viernes 9 de agosto, las agujas del reloj marcaban las 2:00p.m en el territorio de la República Dominicana, las agujas marcaban un nuevo tiempo para una mujer de 27 años que estaba dando el todo de su ser para alcanzar su meta y traernos la medalla de oro en los juegos olímpicos.

El país se paralizó en esos 48.17 segundos, se unió en un solo corazón para correr junto a ella porque en ese correr se contaban las pisadas de todo un pueblo que cada día hace lo posible por avanzar y superarse.

Marileidy Paulino corrió con toda su alma. Al verla salir a escena su mirada hablaba de victoria y su sonrisa de una seguridad serena que traspasa tiempos y rompe fronteras.  Corrió como un águila poderosa, soberana. Corrió con la fuerza de esa leona, de esa guerrera que habita en su ser y que le hizo vencer las carencias que la vida le negó en sus primeros años de existencia y de profesional del deporte.

Dentro de ella corría una sangre que impulsaba la esperanza de las otras, de los otros que sueñan y esperan tener un mundo nuevo donde puedan sentirse pertenecientes, sin discriminaciones, sin maltratos y sin humillaciones.

Corrió con su propia luz, esa que traspasa las tinieblas del sufrimiento y que vence los obstáculos de tantos caminos recorridos. Corrió con la antorcha en su pecho, esa que es verdad y es justicia, la que mueve a un pueblo que lloró, cantó, bailó y aplaudió su nombre por los cuatro vientos.

Al verla y escucharla momentos después de su triunfo vi algo más allá del deporte, de la atleta, vi su humildad, su solidaridad con las compañeras caídas, su generosidad, dignidad y con todo eso su grandeza.

Durante 48.17 segundos Marileidy logró que la República Dominicana se uniera en alma colectiva y sacáramos lo mejor de nosotros mismos. El 9 de agosto del 2024 a las 2:00p.m. las agujas del reloj marcaron un nuevo tiempo que quedó registrado en el alma nacional de nuestra amada tierra quisqueyana.

Gracias Marileidy Paulino por hacer posible que pudiéramos vibrar en una misma sintonía y en un solo corazón que corría junto a ti en este inolvidable París 2024. ¡Seguirás por más!

¡Enhorabuena!

La autora es abogada y docente ­universitaria.

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